Al contacto, no con el mundo (que nada es), sino con los labios de otras almas, el alma encuentra el primer reflejo y recuerdo de si misma. Ama la bella sensualidad del príncipe, pintor de sueños, y mirándose en sus poéticas imágenes, recuerda el mundo ideal del que todo procede. Busca entonces con sus ojos las Ideas haciendo brotar en lo que ve cosas y cuerpos parecidos en todo, menos en ser, a lo que busca. Y aún así les da su fuerza, la del amor, y con ellos y ella forma, como un demiurgo, el mundo que asombrados en sombra vemos. Pero este mundo de copias no basta al alma enamorada por ellas del modelo. Un beso no es realmente principesco si nos deja satisfechos. Los labios y miradas que dan vértigo y temblor son solo aquellas por las que se vislumbra el cielo. Por eso el alma joven busca y rebusca lo inmortal fuera de sí, entre la carne de mil labios de mortal y efímera belleza. Hasta que harta de la orgía de sudor sin aire de los cuerpos, el alma mira hacia arriba para respirar y es despertada, otra vez, por esos otros labios, descarnados labios de las ideas, que son las palabras. Y el alma entonces se alza enamorada de su Maestro, Príncipe que por serlo de verdad no lo parece, y entusiasmada de nuevo se hace amante de las bellas acciones y explicaciones, de lo justo y lo verdadero, y se reconoce y quiere a sí misma en las ideas que fuerzan y ordenan el mundo, y en la fuerza y orden de ese mundo de las ideas. En este amor el alma se refleja y reproduce, buscando siempre lo inmortal, no a través de los tornasolados hijos del sentido y la emoción, sino en los más luminosos frutos de la voluntad y el intelecto, y así ama al otro de sí misma por su bondad y sabiduría, y se expresa y se adueña de sí y de su otro en los nobles proyectos y en la lucidez del diálogo son sus otras razones. Y es ahora cuando al fin es el ahora de remontar el vuelo y liberarse descubriendo que nada, en realidad, la cubría. Mirándose desnuda y libre, frente con frente en las ideas, el alma se recuerda entera, recuerda lo que nunca dejo de ser y olvida el estar que fue su olvido. En ese instante en que nada le es extraño, por serle todo amable y propio, y en que se ha roto el dos de todos los espejos (hasta el de la lógica, como en la Alicia del mito) el alma comprende y es, en Uno, la Verdad y la pura Belleza y Bondad ya sin reflejos ni palabras en el tiempo. Esto es Amor. Quien lo probó, acabará por saberlo.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
El amor platónico
Al contacto, no con el mundo (que nada es), sino con los labios de otras almas, el alma encuentra el primer reflejo y recuerdo de si misma. Ama la bella sensualidad del príncipe, pintor de sueños, y mirándose en sus poéticas imágenes, recuerda el mundo ideal del que todo procede. Busca entonces con sus ojos las Ideas haciendo brotar en lo que ve cosas y cuerpos parecidos en todo, menos en ser, a lo que busca. Y aún así les da su fuerza, la del amor, y con ellos y ella forma, como un demiurgo, el mundo que asombrados en sombra vemos. Pero este mundo de copias no basta al alma enamorada por ellas del modelo. Un beso no es realmente principesco si nos deja satisfechos. Los labios y miradas que dan vértigo y temblor son solo aquellas por las que se vislumbra el cielo. Por eso el alma joven busca y rebusca lo inmortal fuera de sí, entre la carne de mil labios de mortal y efímera belleza. Hasta que harta de la orgía de sudor sin aire de los cuerpos, el alma mira hacia arriba para respirar y es despertada, otra vez, por esos otros labios, descarnados labios de las ideas, que son las palabras. Y el alma entonces se alza enamorada de su Maestro, Príncipe que por serlo de verdad no lo parece, y entusiasmada de nuevo se hace amante de las bellas acciones y explicaciones, de lo justo y lo verdadero, y se reconoce y quiere a sí misma en las ideas que fuerzan y ordenan el mundo, y en la fuerza y orden de ese mundo de las ideas. En este amor el alma se refleja y reproduce, buscando siempre lo inmortal, no a través de los tornasolados hijos del sentido y la emoción, sino en los más luminosos frutos de la voluntad y el intelecto, y así ama al otro de sí misma por su bondad y sabiduría, y se expresa y se adueña de sí y de su otro en los nobles proyectos y en la lucidez del diálogo son sus otras razones. Y es ahora cuando al fin es el ahora de remontar el vuelo y liberarse descubriendo que nada, en realidad, la cubría. Mirándose desnuda y libre, frente con frente en las ideas, el alma se recuerda entera, recuerda lo que nunca dejo de ser y olvida el estar que fue su olvido. En ese instante en que nada le es extraño, por serle todo amable y propio, y en que se ha roto el dos de todos los espejos (hasta el de la lógica, como en la Alicia del mito) el alma comprende y es, en Uno, la Verdad y la pura Belleza y Bondad ya sin reflejos ni palabras en el tiempo. Esto es Amor. Quien lo probó, acabará por saberlo.
victor, soy paula de 2ºb. Me podrias decir donde estan los tipos de examenes, para verlos.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Paula. Arriba a la izquierda en "información PAU" encontrarás varios documentos, entre ellos una explicación acerca de cómo hay que hacer los exámenes, y una recopilación de exámenes de selectividad. Si tengo tiempo buscare más (no es difícil en internet). Saludos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVíctor ,soy AnaP de 2ºb ,me podrías solucionar una pequeña duda? es que estoy estudiando la teoría del conocimiento de Platón, y quiero saber si es un supuesto que tu la preguntaras en el mito de la caverna como teoría, te la tendríamos que poner en general o " La teoría del conocimiento en el mito de la caverna"?? un saludo
EliminarHola Ana. Las dos cosas. Para explicar la teoría del conocimiento a través del mito de la caverna (o el mito de la caverna a través de la teoría del conocimiento), tienes que saber, en general, en qué consiste esa teoría. ¿No? Un saludo!
ResponderEliminarsii eso si pero como en los apuntes explicas la teoria del conocimiento y aparte "la teoria del conomiento en el mito de la caverna" no lo tenia claro. GRACIAS , UN SALUDO!
ResponderEliminar