Poned a prueba vuestra sabiduría y conocimientos de Platón. Elige primero, de cada cuestión, la opción que te parece a ti más verdadera. Y luego, por lo que conoces, imaginas o intuyes del pensamiento ético de Platón, ponte sus barbas e intenta adivinar las opciones que escogería él. (Las soluciones al final).
- ¿SE PUEDE SER BUENO SIN SABER LO QUE ES BUENO?
- Imposible. Igual que nadie puede ser zapatero sin
saber qué es un zapato. Solo se puede ser bueno en la medida en que se
conoce la Idea de Bien (el ideal de perfección).
- Hay que conocer ciertas normas, pero ser bueno no
consiste solo en conocer esas normas, sino en cumplirlas, y para eso lo
que hace falta es fuerza de voluntad. Ser bueno es esforzarse por hacer lo
que se debe.
- Pues sí. Se puede ser bueno por instinto, o por
tener buen corazón, como los niños o los inocentes. O simplemente haciendo,
cada uno, lo que le gusta o le hace feliz, y esto no tiene que ver con
saber mucho, sino con sentir (placer, felicidad…). De hecho muchos
intelectuales parecen unos amargados, eso no puede ser bueno.
- ¿SE PUEDE ENSEÑAR A SER BUENO? (¿ES LA ÉTICA UNA CIENCIA?).
- Claro que sí. Lo bueno ha de poder conocerse y
explicarse. Es decir, lo bueno tiene que ser algo “lógico”, objetivo. Si
lo bueno fuera subjetivo, según cada uno, la misma cosa sería igualmente buena
(para unos) y mala (para otros), y esto no es lógico, y lo ilógico no se
puede comprender o saber. Y si no puedes saber qué es bueno, no puedes ser
bueno…
- Se puede enseñar qué es bueno (las normas
morales), pero enseñar a ser bueno
no es tan fácil, pues eso depende del carácter, de la fuerza de voluntad.
Y todo esto no hay ciencia que lo enseñe, tiene que salir de uno mismo,
como una fuerza o sentimiento del deber.
- No se puede enseñar lo que es subjetivo. Se puede
enseñar matemáticas, lengua, etc. Pero no a ser buenos, pues lo bueno y lo
malo es lo que a cada uno le gusta o le conviene, y sobre eso cada uno es
su propio maestro y legislador.
- Y BUENO, ¿QUÉ ES LO BUENO O VIRTUOSO (EN GENERAL)?
- Lo bueno para una cosa es ser ella misma lo mejor
posible, ser o vivir de acuerdo con su verdadera naturaleza, haciendo lo
que le es propio lo mejor posible. Cuando esto ocurre decimos (los griegos
decían) que esa cosa ha logrado su virtud o excelencia (areté, en griego). Un animal
excelente es aquel que crece y se reproduce todo lo posible. Un violinista
virtuoso es aquél que ha logrado cierta perfección como violinista.
Etc.
- Lo bueno es una virtud solo accesible a los seres
humanos, y consiste en poder actuar libremente, por principios morales
estipulados por uno mismo, aunque sean opuestos a las inclinaciones
naturales.
- Lo bueno es, en efecto, vivir de acuerdo con lo
que uno es. Aunque esto, más que “bueno” es, simplemente lo “natural”. La
“virtud” es satisfacer tus necesidades e inclinaciones naturales. Esto no
es desarrollar ninguna excelencia, es simplemente vivir buscando lo que
necesitas y te satisface.
- ¿QUÉ ES UNO MISMO? (Y, POR TANTO, EN QUÉ CONSISTE SER UNO MISMO LO MEJOR O MÁS VIRTUOSAMENTE POSIBLE)
- Uno mismo es una persona, y es su alma o mente (no
su cuerpo). Y en cuanto al alma, uno mismo es su conciencia y su razón (el
alma racional). Somos seres racionales, así que, ser uno mismo (realizarse
como persona) consiste en desarrollar nuestra naturaleza racional, vivir
de acuerdo a la razón.
- Uno mismo es una persona, un compuesto de alma
(ideales) y cuerpo (naturaleza). Lo más importante es el alma y, en ella,
la razón y la voluntad. Ser uno mismo consiste en imponer voluntaria y
libremente la razón (los ideales o normas universales) sobre la pasión
(las tendencias naturales y particulares del cuerpo); el deber sobre el
placer.
- Uno mismo es un animal (complejo, pero animal), con cuerpo y mente (o cerebro). Y en cuanto a la mente, somos seres emotivos, pasionales. Ser uno mismo es buscar la satisfacción placentera de nuestras necesidades y deseos naturales y particulares, es decir, sentirnos bien. Dado que somos animales complejos y diferentes culturalmente unos de otros, esas necesidades y deseos son muy variables (ser uno mismo puede ser relativamente diferente en cada cultura y época, o incluso para cada etapa de nuestra vida).
- ¿EN QUÉ CONSISTE “VIVIR DE ACUERDO A LA RAZÓN”?
- Unificar o armonizar todo lo que somos (pasión,
voluntad…) bajo la guía de la razón. Esta armonía racional (o “justicia en
el alma”, dikaosyne, en griego) es la mayor virtud o bondad a la que podemos aspirar los seres
humanos, y depende de que el alma racional conozca lo que es el Bien (la idea de Bien) y se haga sabia. La virtud o excelencia de la parte racional del alma es la sabiduría (phronesis, en griego).
- Querer vivir según la razón, aunque esto nunca
sea posible (al menos en este mundo, en el que los ideales se contraponen
a la naturaleza). Tener siempre la voluntad de ser racionales.
- Utilizar la razón como un instrumento para lograr
satisfacer, con el mínimo coste, nuestros deseos.
- ¿QUÉ RELACIÓN DEBE HABER ENTRE LA RAZÓN Y LA PASIÓN?
- Las pasiones son buenas (se desarrollan
virtuosamente) si son moderadas o dominadas por la razón. Es decir, si
comprendemos que es más racional preferir ciertos placeres a otros: los
placeres no ligados a necesidades (tal como los placeres espirituales: la
música, el arte…, cuya ausencia no genera dolor) a los placeres ligados a
necesidades o instintos muy fuertes (la pasión sexual, por ejemplo, tan
ligada al dolor), que son un “barril con agujeros”, nunca se llena,
siempre queremos más y más (como cuando nos rascamos una herida), hasta
hacernos daño. La virtud o excelencia del alma pasional (o concupiscible)
es, así, la moderación o templanza (sophrosyne, en griego): tener pocas necesidades y preferir
placeres sin dolor.
- Pasión y razón se oponen sin remedio en nosotros
mismos (al menos en este mundo, en el que somos seres con alma y cuerpo).
No podemos conciliar cosas tan contrarias. Lo único que cabe es querer, es
decir, tener la voluntad, siempre, de vivir de acuerdo a ideales
racionales.
- La razón tiene valor en cuanto sirve a la pasión.
Lo bueno es lo que deseamos (aquello a que nos mueve la pasión). Y la
razón participa de esa bondad en cuanto es un instrumento útil para lograr
lo que deseamos, justificarlo, etc.
- ¿QUÉ RELACIÓN DEBE HABER ENTRE LA RAZÓN Y LA VOLUNTAD?
- La voluntad es buena en cuanto quiere, sin
titubeos, valerosa y enérgicamente, lo que lo que la razón juzga como
bueno y querible, oponiéndose y venciendo, si es necesario, a los deseos
pasionales. Una buena voluntad no actúa así de valerosamente por miedo al
dolor (castigos, amenazas), esto sería como “ser valiente por cobardía” (y
estar dominada, en el fondo, por las pasiones), sino porque comprendemos
racionalmente la necesidad de lo que hemos de hacer. La virtud o
excelencia del alma volitiva (o irascible) es, así, el valor (andreia, en griego) que nace de
comprender racionalmente lo necesario que es afrontar o hacer algo. Comprender
es querer.
- La voluntad es buena en cuanto quiere lo que la
razón juzga como bueno, aunque no pueda imponerse a los deseos pasionales
(somos contradicción, lucha constante). Comprender racionalmente que algo
es bueno no equivale a quererlo (uno puede querer lo contrario, lo que la
pasión desea). Por eso la virtud o valor de la voluntad es lograr querer
(quererlo al menos) lo que la razón indica. Comprender no es siempre
querer.
- La voluntad es buena en cuanto expresión de los
deseos y pasiones, es decir, en cuanto quiere lo que nuestro corazón ha
decidido querer (lo que nuestras emociones dictaminan como deseable).
- ¿CUÁL ES EL MODELO DE HOMBRE BUENO?
- El sabio o, mejor, el buscador de la sabiduría
(el filósofo). Solo él puede comprender qué es lo bueno y, por tanto,
serlo, aplicando la razón a todo lo que hace, desea, quiere…
- El hombre voluntarioso y esforzado, que lucha por
querer siempre lo que la razón le dicta, en oposición a sus invencibles
pasiones.
- El hombre pasional e inteligente, que logra satisfacer
sus gustos y deseos.
- ¿QUÉ HOMBRES SON, EN GENERAL, MALOS?
- No hay, estrictamente hablando, hombres “malos”
(que quieran ser malos). Sino hombres ignorantes o poco sabios. Como han
desarrollado poco su alma racional, se dejan arrastrar por las pasiones,
sin prever el dolor que se avecina (son los intemperantes o inmoderados), y son incapaces de imponer la voluntad sobre las pasiones, o utilizan la voluntad para lograr cosas poco valiosas en si mismas, como posesiones materiales, conquistas, prestigio (son los ambiciosos), pues no entienden aún lo que ellos mismos son (ni, por tanto,
lo que verdaderamente les conviene ser y hacer).
- Malo es el que tiene mala voluntad, es decir, el
que comprendiendo que lo racional es hacer X, quiere hacer lo contrario,
movido por pasiones e intereses emotivos y pasionales.
- Malo es el que contraviene su naturaleza
pasional, reprimiendo con la voluntad sus deseos y necesidades naturales,
e incluso haciendo caso de creencias falsas acerca de la naturaleza
espiritual y puramente racional del hombre.
- ¿EN QUÉ CONSISTE SER FELIZ?
- Solo el hombre bueno, el que actúa siendo lo que
es, realizando y desarrollando su naturaleza, puede ser plenamente feliz
(nadie es feliz siendo lo que no es, o siéndolo peor de lo que lo puede
ser). Ahora bien, como el ser humano es, ante todo, un ser racional, ser
feliz equivale a ser sabio, vivir de acuerdo a la razón. Una prueba es que
todo aquel que ha alcanzado una vida de gran actividad intelectual,
pasando, primero, por una vida más ignorante (probando los placeres de
ambas), no quiere ya volver a ser ignorante (el que ya sabe muchas
matemáticas o tocar la batería no querrá volver a vivir en la “felicidad”
de aprender a multiplicar o de tocar simplemente un bombo).
- El hombre bueno no siempre es feliz. De hecho, a
menudo tiene que elegir entre placer y deber, es decir, entre la felicidad
que le reportan los placeres pasionales y la dignidad que supone seguir
sus principios racionales. La razón no puede proporcionar una felicidad
plena, al menos en este mundo, porque no todo en él (ni en nuestra vida)
es racional.
- El hombre bueno, que es el que satisface lo más
plenamente posible sus deseos, ha de ser feliz. Pues la felicidad
consiste, no en realizar de forma armónica tu naturaleza o algo así, sino,
sencillamente, en disfrutar de emociones placenteras (la felicidad es ese
estado de bienestar emotivo en que tales emociones o placeres proliferan).
SOLUCIONES (¿SOLUCIONES?)
Si has escogido todo A, eres un platónico consumado, es decir, un "intelectualista moral".
Si has escogido todo B, eres un "voluntarista moral" (como Kant, y otros filósofos que veremos).
Si has escogido todo C, eres un "emotivista moral" (con un poco de "naturalismo moral", como los empiristas y otros filósofos que veremos).
Si has escogido una mezcla, eres una mezcla (seguramente explosiva). Mira a ver cuál es el ingrediente principal (A, B, o C).
Si te apetece (o quieres, o te convence) dar otras respuestas, a una o todas las cuestiones, o necesitas alguna aclaración, ahí tienes los botones para comentar...
A mi me ha salido: ACAAACBBBC así que supongo que seré una mezcla (no se si explosiva o no) de todo.
ResponderEliminarMe ha salido esto: CBABCABBBC, mezcla explosiva y predomina la B
ResponderEliminarA mí me ha salido todo A y en la segunda B, así que supongo que seré una intelectualista moral :)
ResponderEliminarMe ha salido: ABAAABBBAB... Creo que soy una mezcla, pero vamos, al final no creo que sea nada, o si... soy un chaval al que le ha fallado el subcosciente en cada pregunta ya que le recordaba a cada una de las clases que hemos dado sobre estos temas.... jejejeje que lio no? En fin, como buen filósofo, dudo de todo, así que me abstengo en decir lo que soy, por que no lo sé!
ResponderEliminarA mi me ha salido la mayoría A con alguna B soy una platonica
ResponderEliminarMe ha salido ABCBABBBAB soy una mezcla en la predomina el voluntarista moral, supongo que perteneceré al grupo de Kant.
ResponderEliminarLas respuestas que he escogido son: BBAABABBBB. Por lo tanto, soy "voluntarista moral" (algo que ya me esperaba).
ResponderEliminarA mí me han salido la mayoría A, por lo que soy en mayor parte racional, pero las restantes son una mezcla entre B y C, por lo que a veces también me guío por los deseos y voluntades sin tener en cuenta la razón.
ResponderEliminarMi resultado ha sido mayoría A por lo que soy ''intelectualista moral'' aunque también tengo algo de voluntarista.
ResponderEliminarEn la pregunta número 10 en la que pregunta en qué consiste ser feliz dudo entre la respuesta A y la B pues estoy de acuerdo en que la felicidad es vivir de acuerdo a la razón pero también creo que muchas veces nos encontramos entre la espada y la pared y tenemos que elegir entre placer y deber, y en muchas ocasiones elegimos el deber aunque sepamos que no es lo que nos hará feliz completamente. Así que finalmente me decanto por la opción B.
Resultado: Voluntarista moral, ya que unas veces me he decantado por la respuesta A y otras por la B, aunque he escogido más veces A que B.
ResponderEliminarIntelectualista moral*
EliminarABABAAAABA por lo que seré un intelectualista moral.
ResponderEliminarMe ha salido: CCCBBABBB, por lo que mayormente soy una voluntarista moral.
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