Aristocles, apodado Platón, es el mayor filósofo de la antigüedad, y uno de los más importantes de toda la historia de la filosofía. Discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, forma con ellos la gran triada de la filosofía griega. Es difícil exagerar su influencia. Casi toda la filosofía posterior se ha hecho con él, o contra él, pero nunca sin él. En sus diálogos expuso y discutió sobre todos los asuntos de la filosofía: la realidad, el ser humano, la verdad, la bondad y la justicia, la belleza...
Platón nació en Atenas en el 427 a.C., en el seno de una familia aristocrática y vinculada al poder político. Parece ser que su primera intención fue la de ser poeta, pero su encuentro con Sócrates, a los 20 años, le despertó la vocación por la filosofía.
Al joven Platón le tocó contemplar la decadencia de su ciudad tras el esplendor de la época clásica. La larga guerra del Peloponeso sumió a la democracia ateniense en una grave crisis, y acabó con la hegemonía económica y política de Atenas sobre el resto de Grecia.
En el 404, tras la victoria definitiva de Esparta y sus aliados, los vencedores imponen en Atenas el gobierno de los Treinta tiranos. Algunos de los dirigentes del nuevo gobierno eran familiares de Platón, e invitaron al joven a participar en política, pero este se negó, espantado por la violencia y la injusticia que caracterizaba al nuevo régimen.
Muy poco después, cuando cae el gobierno de los Treinta y se reinstaura la democracia, Platón vuelve a albergar esperanzas, pero la actuación política de los nuevos dirigentes vuelve a decepcionarle, especialmente tras el proceso y ejecución de su amigo y maestro Sócrates, al que Platón consideraba “el hombre más justo de Atenas”.
Convencido de que, en gran parte, la decadencia de Atenas se debía al relativismo moral difundido por los sofistas, Platón se entregó al esfuerzo filosófico por demostrar la existencia de principios y valores absolutos desde los que reconstruir la vida política. En su diálogo más conocido, titulado República, Platón esboza las lineas maestras de un nuevo régimen político basado en la educación y en el gobierno de los más sabios.
Movido por su discípulo y amigo Dion, Platón viajó varias veces a Siracusa con objeto de poner en práctica su teoría política, aunque todos sus intentos fueron en vano. Mientras, en Atenas, funda la Academia, como un centro de investigación para filósofos.
En cierto modo, la vida de Platón parece encarnar la del sabio que, en su obra la República, se siente moralmente compelido a “volver a la caverna” a educar y liberar a los hombres.
Como podéis leer, el mismo Platón escribió sobre todo esto en esta carta (la llamada Carta VII):
"Antes, cuando yo era joven, sentí lo mismo que les pasa a otros muchos: tenía la idea de dedicarme a la política tan pronto como fuera dueño de mis actos. Entonces se produjo una revolución; al frente de este cambio político se establecieron como jefes cincuenta y un hombres. Ocurría que algunos de ellos eran parientes míos y me invitaron a colaborar en trabajos que, según ellos, me interesaban. Lo que me ocurrió no es de extrañar, dada mi juventud: yo creí que iba a gobernar la ciudad sacándola de un régimen injusto para llevarla a un sistema justo, de modo que puse una enorme atención en ver lo que podía conseguir. En realidad, lo que vi es que en poco tiempo hicieron parecer de oro al antiguo régimen; entre otras cosas enviaron a mi querido y viejo amigo Sócrates, de quien no pondría ningún reparo en afirmar que fue el hombre más justo de su época, para que, acompañado de otras personas, detuviera a un ciudadano y lo condujera violentamente a la ejecución. Pero Sócrates no obedeció y se arriesgó a toda clase de peligros antes que colaborar en sus iniquidades. Viendo, pues, todas estas cosas, me indigné y me abstuve de las vergüenzas de aquella época.
Poco tiempo después cayó el régimen de los Treinta, y otra vez me arrastró el deseo de dedicarme a la política. Pero la casualidad quiso que algunos de los que ocupaban el poder hicieran comparecer ante el tribunal a nuestro amigo Sócrates y presentaran ante él la acusación más inicua y más inmerecida. Al observar yo todas estas cosas, cuanto más atentamente lo observaba más difícil me parecía administrar bien los asuntos públicos. Entonces me vi obligado a reconocer, en alabanza de la filosofía verdadera, que sólo a partir de ella es posible distinguir lo que es justo, tanto en la vida pública como en la privada".[Platón. Carta VII. Extractos]
Poco tiempo después cayó el régimen de los Treinta, y otra vez me arrastró el deseo de dedicarme a la política. Pero la casualidad quiso que algunos de los que ocupaban el poder hicieran comparecer ante el tribunal a nuestro amigo Sócrates y presentaran ante él la acusación más inicua y más inmerecida. Al observar yo todas estas cosas, cuanto más atentamente lo observaba más difícil me parecía administrar bien los asuntos públicos. Entonces me vi obligado a reconocer, en alabanza de la filosofía verdadera, que sólo a partir de ella es posible distinguir lo que es justo, tanto en la vida pública como en la privada".[Platón. Carta VII. Extractos]
creo que en parte si es necesario saber lo que es justo para actuar en política , que ya que cuando hablas de política hablas por ejemplo de ser el presidente del gobierno , una persona tan importante como un presidente y que tiene que llevar un país tendrá que saber lo que es justo y lo que no , para que no haya injusticias y todo el mundo viva mas o menos cómoda , pero claro lo de ser justo .. es muy relativo no a todo el mundo le parece justo lo mismo , quizás al presidente le parece justo darle 400 euros a las madres solteras por ser solteras y tener un niño que mantener , y a otras personas del país no les parece justo ya que piensan que ellos ganan su dinero trabajando , y con esfuerzo y alomejor por ejemplo su mujer tampoco tiene trabajo , pero a ella no le dan los 400 euros por no ser madre soltera . yo creo que si habría que tener claro que es lo justo y que no , aun que seria muy difícil y complicado llegar a ese acuerdo ya que lo que a mi me parece justo quizás no te lo parezca a ti .
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, Barbara: es necesario pero muy difícil saber lo que es justo. Pero, desde luego, parece que siempre será mejor "político" aquel que mas avance en ese difícil conocimiento de lo justo. ¿No?
EliminarSí, creo que es necesario pensar en lo que es justo y, lo que es aún más importante, tener claro el concepto de justicia para ejercer la política.
ResponderEliminarNo obstante, no creo que un político pensando en lo que es justo sea, ni mucho menos, la panacea.
Cuando un tirano piensa que hay que gasear a los judíos y defiende el predominio de una hipotética raza sobre las demás, está exponiendo su peculiar visión de justicia. Si un político piensa que unos ciudadanos han de subordinarse a otros también está entendiendo la justicia de ese modo.
Es un problema que, como bien expone el texto, considero que viene derivado del relativismo moral —no de los sofistas de la época de Platón, pero sí de los actuales—. De la negación de que existen unos valores justos, objetivos e inquebrantables que han de estar por encima de los caprichos del político de turno. De la creencia de que cualquiera puede imponer arbitrariamente su visión de justicia y emplear la fuerza que el poder político le proporciona.
En definitiva, creo que el complejo problema se deriva de haber profanado el término de "justicia"; de haber transformado un concepto tan objetivo en algo profundamente subjetivo repleto de arbitrariedad.
Muy certera reflexión, Sara. Aunque ya sabes lo que te diría un relativista: que de dónde sacas eso de que hay un concepto objetivo de justicia. Te criticaría hasta tu lenguaje. Te diría: ¿"profanar" el término de justicia? ¿Acaso crees que es la justicia es algo sagrado dictado por Dios?... Con Platón veremos cómo se puede dar (quizás) una réplica racional al relativismo.
EliminarYo pienso que si se debe ser justo en ña politica porque por ejemplo un alto cargo político de un pais debes pensar mucho si una decisión es justa,pero esto tiene un problema ,pq cualqiera qe sea la decision qe tomes,a algunas personas le va a parecer justa y a otras qizas no,en conclusión es muy dificil hacer creer a todas la personas de una ciudad ,región o país qe es igual de justo para todos
ResponderEliminarBien, Pedro. Pero una cosa es que sea muy difícil y otra que sea imposible, como piensa el relativista. Si solo es difícil (y no imposible), entonces es posible mejorar y tomar mejores decisiones si el gobernante es sabio. ¿No?
EliminarBien, Pedro. Pero una cosa es que sea muy difícil y otra que sea imposible, como piensa el relativista. Si solo es difícil (y no imposible), entonces es posible mejorar y tomar mejores decisiones si el gobernante es sabio. ¿No?
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