Idea1.- Esto no puede ser.
Idea2.- Explícate.
Idea1.- Que haya por ahí compañeras nuestras que ni idea
tienen de lo ideales que ellas mismas son.
Idea2.- Cierto, misterio.
Idea1. – Que anden creyendo que son cosas tales como
caballos o aceitunas de carne y hueso…Cuando todas deberíamos saber que tales
cosas no son más que…un sueño.
Idea2.- ¿Ah, pero acaso no hay realmente caballos y
aceitunas, de esos que corretean por ahí o que caen de los árboles?
Idea1.- ¿Pero de dónde te has caído tú? ¿Cómo dices eso?
Idea2.- No sé, chica. Yo siempre he creído que existen los
caballos que veo correr en el hipódromo o arrastrar los carros… O las
aceitunas, que están tan ricas.
Idea1.- Dime qué es una aceituna.
Idea2.- Pues esas cosas verdes o negras que meten en unas
latas o te sirven en el bar al pedir una consumición.
Idea1.- ¿No podrías ser más clara? ¿Cómo sabes que esas
“cosas” son todas ellas aceitunas?
Idea2.- Jo, porque son iguales, todas ellas son redondeadas,
pequeñas, aceitosas, más o menos sabrosas... Qué preguntas haces, ¿no?
Idea1.- ¿Dirías entonces que todas ellas son aceitunas por
tener una misma forma o aspecto común?
Idea2.- Sí, ya te digo, todas se parecen entre sí.
Idea1.- Pero son distintas.
Idea2.- Claro, son distintas pero se parecen.
Idea1.- Y si se parecen se parecerán en algo.
Idea2.- Mujer, no se van a parecer en nada, entonces no se parecerían.
Idea1.- Luego hay algo que es igual en todas ellas.
Idea2.- Me parece que sí.
Idea1.- Es decir que son distintas pero también iguales.
Idea2.- Vale, lista. Son distintas en algunos aspectos pero
iguales en otros.
Idea1.- ¿Y cualquiera de esos aspectos en que son iguales
dirías que está, a la vez, en todas las aceitunas?
Idea2.- Sí, ese aspecto es común a todas las aceitunas del
mundo.
Idea1.- Incluso a las aceitunas que imaginamos o recordamos,
supongo. Pero dime ahora: ¿ese aspecto común a todas, acaso puede verse con los
ojos de la cara?
Idea2.- ¿Cómo si no? Se ve al mirar las aceitunas.
Idea1.- ¿Podrías ver algo que no fuera un objeto físico?
Idea2.- No veo como podría ver algo que no fuera físico.
Idea1.- ¿Y dirías que todo objeto físico está en algún lugar
y solo allí en tanto no se mueva a otro sitio, en cuyo caso estará en este
sitio y ya no en aquel?
Idea2.- Lo diría.
Idea1.- ¿Y no ocurre que ese "aspecto de aceituna" está, a la
vez, en todos los lugares en los que hay aceitunas, incluso en ese lugar tan
raro que es la imaginación?
Idea2.- Eso es cierto.
Idea1.- ¿Y en todos esos lugares es ese aspecto siempre el
mismo?
Idea2.- Ha de serlo.
Idea1.- Luego no podrá ser nunca un objeto físico, pues
está, a la vez, y siendo el mismo, no en uno, sino en innumerables lugares,
como si fuera un Dios.
Idea2.- No podría decirte que no.
Idea1.- ¿Cómo puedes decir entonces que lo ves?
Idea2.- Pues no veo claro que pueda verlo, no. ¿Pero
entonces no son aceitunas las aceitunas? Por Atenea que no sé cómo digerir esto
que dices.
Idea1.- Cambiemos de tema si prefieres. Qué me dirás de los
caballos. ¿Tienen todos ellos algún aspecto común?
Idea2.- No uno, sino muchos. Es por ellos que reconocemos
como caballo a cada uno de los caballos que se pueden ver.
Ideas1.- Vale. Ahora dime, ¿ese aspecto común será el mismo
en los caballos que montaban los héroes de Homero y en los que monten los
caballeros del futuro?
Idea2.- Claro. Siempre que en el futuro queden caballos,
claro.
Idea1.- ¿Y si no existieran en el futuro caballos, dejaría
por ello de existir aquello que hace que todo caballo sea caballo?
Idea2.- Supongo que no. Igual que ahora no existen dinosaurios
pero puedo decirte qué tendría que tener algo para ser un dinosaurio.
Idea1.- Exacto. Y responde ahora a esto: ¿son los caballos
de carne y hueso, cada uno de ellos, algo que deje alguna vez de moverse, tanto
por dentro como por fuera?
Idea2.- No te entiendo.
Idea1.- ¿No es cierto lo que dicen tus amigas, las ideas de
la física, acerca del universo?
Idea2.- ¿Qué dicen?
Idea1.- Que todo lo que existe en el cosmos se mueve y
cambia a cada momento.
Idea2.- Sí, todo está moviéndose en el tiempo.
Idea1.- ¿Y los caballos? ¿Serán una excepción?
Idea2.- No, por ellos también pasa el tiempo.
Idea1.- Eso dicen. Así que cada caballo es un poco más viejo
cada segundo que pasa, y se mueve no solo por fuera, cuando corre o cuando se
agita durante el sueño, sino que también se mueve y cambia por dentro, pues
cada una de sus células cambia y envejece cada día.
Idea2.- Cierto, es lo que tienen las cosas de este mundo,
nada es eterno.
Idea1.- Pero el caballo es el mismo caballo, sea más joven o
más viejo, ¿no es eso?
Idea2.- Bueno, hay algo en el caballo que no cambia, y que
permite reconocerlo hoy como el mismo de ayer.
Idea1.- ¿Un cierto aspecto común a todos sus momentos?
Idea2.- Yo no lo diría mejor.
Idea1.- Pero querida, ese aspecto común no puede cambiar
como cambia el cuerpo del caballo.
Idea2.- No claro, si cambiara no sería el mismo hoy que ayer
y no podríamos reconocer al mismo caballo de un día para otro.
Idea1.- Eso es. Luego, ¿será ese aspecto común a todos sus
momentos una parte del cuerpo del caballo o alguna otra cosa o aspecto físico
que se pueda ver con los ojos?
Idea2.- No. Porque ese aspecto que dices es siempre el
mismo, y las cosas físicas cambian cada día.
Idea1.- Muy bien. Pues tenemos entonces que las cosas que
vemos las reconocemos como aceitunas o caballos porque poseen cierto aspecto o
forma, de aceituna unas, y de caballo otros, que no puede ser nada físico, pues
no parece afectarles para nada ni el espacio ni el tiempo.
Idea2.- Me he perdido.
Idea1.- No les afecta el espacio porque la forma de aceituna
o de caballo es la misma esté donde esté cada aceituna y caballo, y no les
afecta el tiempo porque son la misma sea cuando sea cada caballo o aceituna.
Idea2.- Ahora lo entiendo.
Idea1.- Ahora bien, si esas formas por las que conocemos lo
que es un caballo o cualquier otra cosa no son afectadas por el espacio y el
tiempo, ¿diremos que son cosas físicas, de carne y hueso?
Idea2.- No me dejarían pensar eso las ideas sobre física que
conozco.
Idea1.- Luego el conocimiento de un caballo y cosas así no
será por los ojos, ni por ningún otro de los sentidos, pues aquello que
reconocemos como caballo de los caballos no es nada físico.
Idea2.- ¿Cómo se conocerán entonces?
Idea1.- Tal como yo me relaciono contigo, por el puro
pensamiento, al cual no le son necesarios los ojos.
Idea2.- Pero tengo una duda.
Idea1.- No dudes en decírmela.
Idea2.- Un caballo no solo tiene el mismo aspecto que otros
caballos, también puede ser diferente de ellos en muchas otras cosas. Por
ejemplo, tal vez este caballo de aquí sea tuerto, o este otro sea más alto que
los demás.
Idea1.- Bien dicho. Pero dime tú ahora. ¿Dirías que un
caballo es tuerto, o alto, porque tiene ciertos rasgos en común con todo lo que
es tuerto o alto?
Idea2.- Para, para, lo he entendido. Ya veo que ibas a
volver a empezar.
Idea1.- ¿Y te imaginas cuál ha de ser la conclusión?
Idea2.- Difícilmente.
Idea1.- Cierto, es difícil de imaginar. Pero no de pensar.
Las cosas son algo que no es físico.
Idea2.- ¿Y qué son entonces?
Idea1.- Ideas, como nosotras. Si quieres llamo a la idea de
caballo y que te lo explique ella.
Idea2. – Bien. Pero no sé cómo te va a oír ni venir sin
tener orejas ni patas.
Idea1.- ¿Pero en qué mundo crees que vives? ¿Has visto, sin
ojos, que no los tienes, que en este mundo nuestro haya espacio alguno que
recorrer o en el que hagan eco las palabras? ¿Crees que la idea de caballo
habita acaso en alguna cuadra o cueva?
Idea2.- Mmm. Eso de cueva
que has dicho no sé a qué me recuerda…
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