Los teólogo-filósofos medievales van a intentar construir una síntesis entre la racionalidad filosófica y los dogmas cristianos para mejor convencer(se) de su fe y para defenderla de los incrédulos, adornándola y empapándola con la filosofía. Ahora bien, ¿es esto posible? ¿Son conciliables la religión y la filosofía (y la ciencia)? ¿Es compatible la fe con la razón? ¿Se puede ser creyente y, a la vez, filósofo o científico? Estas son las cuestiones de fondo que la laten bajo la llamada “filosofía medieval”. Por eso quiero que vayáis planteándoos las siguientes preguntas:
- ¿Se puede ser cristiano (o musulmán, o judío o creyente en cualquier otra religión) sin estar loco o apostar por lo irracional (despreciando o relegando la razón)? ¿Es racional creer que el mundo es obra de un Dios, que ha enviado a su Hijo para salvarnos, que espera para juzgarnos en el Juicio final, etc.? Y si todo esto se mantiene o afirma por fe, ¿es racional tener fe, es decir, creerse ciegamente las cosas?
- ¿Se puede ser cristiano (o religioso) y, a la vez, filósofo o científico (y hay muchos casos, además del de los filósofos medievales)? ¿Cómo?
- ¿Se puede ser filósofo, científico o simplemente racionalista sin tener fe en ciertas cosas fundamentales (por ejemplo, en que el mundo es racional y podemos comprenderlo con nuestra sola razón)?
En mi opinión tener fe consiste precisamente en creer algo sin tener razones lógicas para ello. Si yo tengo fe en algo no puedo explicar ese algo con la razón, ya que habrá una parte de la explicación en la que daré algo por hecho, por cierto, sin poder demostrarlo, y eso es precisamente creo yo que es la fe. Como me dijo un amigo mío sacerdote hace poco: En un debate entre un creyente y un ateo, siempre va a ganar el ateo, porque el ateo utiliza a la razón, y nosotros usamos la fe para defender nuestros argumentos y para alguien que no tiene fe, la razón nunca podrá ser vencida por la fe.
ResponderEliminarLuego, creo que es totalmente compatible ser científico y creyente, y lo creo por algo bastante sencillo: que hay numerosos científicos creyentes. Si bien es cierto que desde la Edad Media hasta ahora cada vez hay menos, los sigue habiendo. Y bastante importantes. Numerosos premios Nóbel son o eran creyentes.
Creo que hoy en día todavía nos es imposible no tener fe, porque nuestro conocimiento no es infinito, hay cosas de las cuales seguimos sin saber su origen o su por qué, por lo que no nos queda otra que suponer algo y tener fe en que eso es cierto. Y también tenemos otra manera de fe, y es que la gran mayoría del conocimiento que poseemos hoy en día, la base sobretodo, es el que nos han enseñado, por lo que todo el mundo tiene fe en lo que le han enseñado, y cree que eso es cierto sin saber demostrarlo muchas veces. Por ponerte un ejemplo: estoy seguro que muchos estudiantes sabrán numerosos teoremas matemáticos, pero son incapaces de demostrarlos, no los han descubierto ellos, si no que han tenido fe en que lo que les ha dicho un profesor es cierto, y eso es una verdad absoluta.
Y por último, creo que no es posible demostrar lógicamente el ateísmo. Y lo creo porque, que yo sepa, hoy en día todavía nadie lo ha hecho. Igual si que es posible sólo que los humanos de 2015 no somos capaces de hacerlo.
En primer lugar, creo que es necesario hacer una distinción entre la figura de Dios desde el punto de vista de la religión y el hecho de admitir la existencia de un ser superior. Partiendo de esta base, estoy convencida de que ser filósofo o científico no está reñido con pensar que hay algo o alguien que simboliza la perfección y que es, por así decirlo, el motor que mueve el mundo. Sin embargo, el culto religioso sí que es incompatible con las dos disciplinas anteriores. Sinceramente, me resulta complicado comprender que los filósofos y científicos, que lo someten todo a la razón y que observan y experimentan, sean capaces de aceptar que Dios creó a la mujer tomando una costilla del hombre, que un individuo haya resucitado simplemente porque no se halló su cadáver o que la Virgen María quedara embarazada “sin haber conocido varón”.
ResponderEliminarEs por eso que no puedo evitar acordarme de aquellos mitos de los que hablábamos a principio de curso y de cómo la civilización griega consiguió dejarlos atrás para dedicarse a desarrollar la razón. Personalmente, comparto la idea de que la religión es sinónimo de involución y de oscurantismo, tal y como la Historia ha demostrado una y mil veces. La fe ciega es algo propio de ignorantes o de adeptos, que es precisamente lo que muchas instituciones religiosas han querido hacer de la población.
Además, me gustaría añadir que es contradictorio e incoherente creer celosamente en los dogmas de fe y afirmar al mismo tiempo que historias como la de Heracles o Perseo o que la existencia de hadas, duendes o sirenas son meras fantasías.
Por último, estoy de acuerdo en que es bastante complicado justificar racionalmente el ateísmo después de haber visto teorías tan bien argumentadas y tan lógicas como la de Aristóteles. Aun así, insisto en que Dios (Jesucristo, Jehová, Buda, Alá…) no es más que una invención humana, una especie de “producto comercial” para alienar a las masas y obligarlas a actuar de una manera determinada aprovechándose del miedo que acarrea la falta de conocimientos. La idea de un Ser Superior, en cambio, es mucho más cercana a la razón.