domingo, 21 de septiembre de 2025

5. Cosmovisión mítica y teorización filosófica. El paso del mito al logos según Aristófanes


Los pelasgos eran un pueblo antiquísimo que poblaba algunos territorios de la antigua Grecia hace unos 4.000 años, antes de la llegada de los pueblos indoeuropeos que constituyeron la civilización griega. Aunque se sabe muy poco de ellos, podemos atrevernos a imaginar que vivirían en aldeas de barro y caña, dedicados a la recolección, la pesca y algunas pequeñas actividades agrícolas y ganaderas. Su esperanza de vida sería muy corta y toda su existencia estaría volcada, desde niños, al trabajo y a la crianza. Es posible suponer que casi su único entretenimiento estuviera ligado a la llegada, cuando la ocasión y los caminos lo permitían, del juglar o contador de historias, sucesos y leyendas como esta que os reproduzco. Se trata del mito pelasgo de la creación: 

      “En el principio Eurínome, la Diosa de Todas las Cosas, surgió desnuda del Caos, pero no encontró nada sólido en lo que apoyar los pies y, en consecuencia, separó el mar del firmamento y danzó
solitaria sobre sus olas. Danzó hacia el sur y el viento puesto en movimiento tras ella pareció algo nuevo y aparte con que poder empezar una obra de creación. Se dio la vuelta y se apoderó de ese viento norte, lo frotó entre sus manos y he aquí que surgió la gran serpiente Ofión. Eurínome bailó para calentarse, cada vez más agitadamente, hasta que Ofión se sintió lujurioso, se enroscó alrededor de los miembros divinos y se ayuntó con la diosa. (...) Así fue como Eurínome quedó encinta. / Luego asumió la forma de una paloma aclocada en las olas, y a su debido tiempo puso el Huevo Universal. A petición suya Ofión se enroscó siete veces alrededor de ese huevo, hasta que se empolló y dividió en dos. De él salieron todas las cosas que existen, sus hijos: el sol, la luna, los planetas, las estrellas, la tierra con sus montañas y ríos, sus árboles, hierbas y criaturas vivientes (...)”. [Según R. Graves en
Los mitos griegos (Alianza, 1985, pp. 29 ss. )]



Ahora comparad el mito que acabáis de leer con este otro texto. Se trata de un fragmento de Empédocles, un filósofo griego del siglo V, que investigó, según se dice, sobre la naturaleza:  

    "[Empédocles] dice que los elementos [el fuego, la tierra, el aire, el agua y el quinto elemento: el éter] estuvieron antes combinados por la Amistad, pero que más tarde, a medida que se fueron separando por la acción de Odio, formaron este mundo nuestro.  (...) Dice Empédocles que el éter fue lo primero que se separó; lo siguió la tierra, de la cual, comprimida en demasía por la fuerza de la rotación, brotó el agua y de ella se evaporó el aire; el cielo surgió del éter y el sol del fuego, y los seres terrestres son fruto de la compresión de los otros (...) [Estos seres terrestres] en los que todo sucedió como si hubieran nacido para un determinado fin, se conservaron por hallarse adecuadamente constituidos por azar; aquellos en los que no ocurrió así, murieron y siguen muriendo, al modo como Empédocles dice respecto de las “criaturas vacunas con humano rostro” ". [Noticias sobre el pensamiento de Empédocles, cit. en De Tales a Demócrito. Fragmentos presocráticos. Ed. Alianza; Madrid, 1988, pp. 244 y 246]. 



Y, ahora, leed por último este breve fragmento sobre una conocida tesis científica sobre el origen del universo: 

"Dentro de las teorías cosmológicas, la hipótesis del Big Bang (Gran Explosión) es la que cuenta con mayor respaldo entre los científicos. Basándose en medidas de la expansión del Universo utilizando observaciones de las supernovas tipo 1a, en función de la variación de temperatura en diferentes escalas en la radiación de fondo de microondas y en función de la correlación de las galaxias, la edad del Universo es de aproximadamente 13,7 +/- 0,2 miles de millones de años. La materia hasta ese momento, es un punto de densidad infinita que, en un momento dado, explota provocando su expansión en todas las direcciones y generando lo que conocemos como nuestro Universo. Inmediatamente después del momento de la explosión, cada partícula de materia comenzó a alejarse muy rápidamente una de otra, de la misma manera que al inflar un globo este va ocupando más espacio expandiendo su superficie. Según se expandía el Universo, la radiación residual del Big Bang continuó enfriándose, hasta llegar a una temperatura de unos 3 K (-270 ºC). Estos vestigios de radiación de fondo de microondas fueron detectados por los radioastrónomos en 1965, proporcionando así lo que la mayoría de los astrónomos consideran la confirmación de la teoría del Big Bang. Uno de los problemas sin resolver en el modelo de Universo en expansión es si el Universo es abierto o cerrado (esto es, si se expandirá indefinidamente o se volverá a contraer). Un intento de resolver este problema es determinar si la densidad media de la materia en el Universo es mayor que el valor crítico en el modelo de Friedmann. Ahora bien, hasta que se comprenda el fenómeno de la materia oscura, este método de determinar el destino del Universo será poco convincente"



¿Qué diferencias encuentras entre estos textos? Parece evidente que todos hablan de lo mismo (de la creación del mundo), pero ¿todos lo hacen de la misma manera? ¿Qué diferencias hay entre unos y otros? 

1. Las narraciones míticas no constituyen un saber racional, es decir: no se fundan en datos obtenidos por la observación ni en argumentos lógicos, sino en la tradición, la fe, la emoción y ciertos eventos prodigiosos (visiones, milagros...), mientras que los explicaciones filosóficas y científicas se fundan en razonamientos y en la observación experimental. 

2. Los mitos explican los sucesos de un modo que, desde la perspectiva humana, resulta incomprensible o arbitrario (ocurren por la voluntad inescrutable de los dioses o por una misteriosa intervención del Destino), mientras que la filosofía o la ciencia buscan causas humanamente observables o definibles que permitan predecir los fenómenos.

3. Los mitos son presuntas verdades reveladas por la divinidad a cierto tipo de personas (poetas, sacerdotes, chamanes...), mientras que la ciencia o la filosofía se compone de verdades hipotéticas desveladas a todos aquellos que pongan empeño en conocerlas.

4. En los mitos no está clara la distinción entre lo que se cuenta y lo real contado (a veces el propio contar se supone como origen mismo de lo real), por lo que no constituye un saber reflexivo o consciente de sí (lo que se cuenta se confunde con lo real), mientras que la filosofía y la ciencia son plenamente conscientes de que sus producciones son meras teorías que pueden o no describir correctamente lo real.

5. Por no ser consciente de sí, el saber mítico no es un saber crítico que ponga en duda sus propias afirmaciones, mientras que la ciencia y la filosofía son saberes autocríticos que dudan constantemente de sí mismos.

6. Por no ser un saber crítico, el saber mítico apenas cambia; los mitos se repiten de generación en generación, y solo cambian por error de transmisión o por adaptación a nuevos contextos culturales. La filosofía y la ciencia son saberes en constante revisión y cambio.

7. El saber mítico no constituye un conjunto sistemático de ideas coherentes entre sí, sino un cúmulo de imágenes y relatos a menudo contradictorio. La ciencia y la filosofía construyen sistemas complejos de ideas que intentan ser coherentes entre sí.

8. El saber mítico utiliza un lenguaje imaginativo y poético, estructuras narrativas, y formas y temas cercanos a la realidad común (dioses antropomórficos con características humanas, intervenciones en el mundo, relaciones con personas...), para lograr seducir al auditorio, mientras que la filosofía y la ciencia emplean un lenguaje abstracto y preciso, estructuras puramente argumentativas, y tratan temas muy alejados, a veces, de la realidad cotidiana. 

9. El saber mítico está relacionado con ciertas "técnicas" o prácticas mágicas (ritos, sacrificios, sortilegios...); el saber filosófico y científico se desvincula de estas "técnicas" y la sustituye, en ocasiones, por la tecnología derivada de la aplicación de ciertos conocimientos teóricos.




En este fragmento de la comedia de Aristófanes "Las Nubes", podéis encontrar un ejemplo muy claro de lo que supone, para la mentalidad de los antiguos griegos, el paso del mito al logos. En él, el viejo Estrepsíades, un campesino cargado de deudas, pretende ingresar en una "escuela de filósofos" (dirigida por un tal Sócrates), con objeto de aprender a usar los argumentos para resolver sus problemas... 

Estrepsíades.- Pero Zeus, según vosotros, a ver, ¡por la Tierra!: ¿Zeus Olímpico, no es un dios?
Sócrates.- ¿Qué Zeus? No digas tonterías. Zeus ni siquiera existe.
E.- Pero, ¿tu qué dices? Pues, ¿quién hace llover? Esto, acláramelo antes de nada.
S.- ¡Esas, claro! [señalando a las Nubes] Y te lo demostraré con pruebas de gran peso. A ver: ¿dónde has visto tú que alguna vez llueva sin nubes? Sin embargo, lo que tendría que ser es que él [Zeus] hiciera llover con el cielo despejado y que éstas estuvieran ausentes.
E.- ¡Por Apolo!, con lo que acabas de decir le has dado un apoyo al asunto éste. Y la cosa es que yo antes creía a pies juntillas que Zeus orinaba a través de una criba. Pero explícame quién es el que produce los truenos, eso que me hace a mí temblar de miedo.
S.- Estas [las Nubes] producen los truenos al ser empujadas por todas partes.
E.- A ver, a ti que no se te pone nada por delante: ¿cómo?
S.- Cuando se saturan de agua y por necesidad son forzadas a moverse, como están llenas de lluvia, necesariamente son impulsadas hacia abajo; entonces, chocan unas contra otras y, como pesan mucho, se rompen con gran estrépito.
E.- Pero el que las obliga a moverse, ¿quién es? ¿No es Zeus?
S.- Ni mucho menos; es un torbellino etéreo.
E.- ¿Torbellino? No me había dado cuenta de eso, de que Zeus no existe y de que en su lugar reina ahora Torbellino. Pero aún no me has explicado nada del estruendo y el trueno.
S.- ¿No me has oído? Las nubes, al estar llenas de agua, te digo que chocan unas con otras y hacen ruido porque son muy densas.
E.- Vamos a ver: eso, ¿quién se lo va a creer?
S.- Te lo voy a explicar poniéndote a ti como ejemplo. En las Panateneas, cuanto ya estás harto de sopa de carne, ¿no se te revuelven las tripas y de pronto se produce un movimiento en ellas que empieza a producir borborigmos?
E.- Sí, por Apolo, y al momento provoca un jaleo horrible y un alboroto; y la dichosa sopa produce un ruido y un estruendo tremendo, como un trueno; primero flojito, “papax, papax”, después más fuerte “papapapax”, y cuando cago, talmente un trueno, “papapapax”, como hacen ellas.
S.- Pues fíjate qué pedos tan grandes han salido de ese vientre tan pequeño. Y el aire éste, que es infinito, ¿cómo no va a ser natural que produzca truenos tan grandes?

(Aristófanes, Las nubes. 366-394, versión de E. García Novo. Alianza editorial, 1987)




¿Qué novedades presenta las explicaciones de Sócrates en comparación con las explicaciones míticas que cita Estrepsíades?

¿Por qué crees que tanta gente sigue prefiriendo las explicaciones míticas y religiosas a las científicas y filosóficas?  

Y aquí la presentación de clase: 

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