Para muchos, las teorías pluralistas representan la culminación del pensamiento presocrático (sobre todo, por su lejano parecido a las teorías científicas modernas). Para otros representa una vuelta a la filosofía materialista de los milesios, lejos de la profundidad filosófica alcanzada por filósofos como Parménides. En cualquier caso, sus tesis van a resultar (como todas) muy discutibles. Veamos por qué.
1. La tesis principal del pluralismo es que la realidad es fundamentalmente múltiple, pero esto significa no entender el problema fundamental de la filosofía presocrática (y de toda la filosofía e incluso la ciencia), que es el problema de intentar explicar lo múltiple a partir de una única sustancia (agua, energía, número, ser…).
Si la teoría que se nos propone afirma que la realidad está compuesta de múltiples elementos (tierra, aire, fuego, agua, amor, odio, leyes…) la pregunta que vuelve a nosotros es, de nuevo, la pregunta por la "arkhé": ¿qué tienen en común todas esas cosas? ¿Qué es lo que les hace real? ¿Cuál es su principio originario?...2. Si la “arkhé” es lo múltiple, como piensan los pluralistas, esto acarrea numerosos problemas lógicos. Por ejemplo: si la realidad son los átomos, y todo está compuesto en el fondo de átomos, ¿qué es lo que los distingue en cantidad y forma? Empecemos por la cantidad.
Si los átomos son muchos, ¿qué los separa? Solo pueden ser otros átomos (y así hasta el infinito, con lo que el límite entre los átomos sería ilimitado) o el vacío, como propone Demócrito; pero el vacío es algo no corpóreo, ¿y cómo puede lo que no es corpóreo o material separar los cuerpos de los átomos? (si el vacío fuera algún tipo de materia sutil, entonces no sería cierto que todo son, en el fondo, átomos, como sostienen los atomistas). Por otra parte, si los átomos se distinguen por su forma, ¿qué es lo que da forma a los átomos (una misma cosa no puede darse forma a sí misma, y si solo hay átomos no hay más que un tipo de cosa)?
3. Otro problema ligado al pluralismo es
el del carácter compuesto de los elementos básicos. Empédocles y Demócrito no
creen que sus elementos (las cuatro raíces de Empédocles, o los átomos) sean
divisibles. ¿Pero qué razón hay para que algo que es de naturaleza corporal o
extensa, como un trozo de tierra o un átomo, no pueda dividirse en partes o
unidades menores?
4. Para Empédocles y Anaxágoras las
combinaciones y recombinaciones de elementos son causados por fuerzas (la
Amistad y la Discordia, o el Nous). Pero la naturaleza de estas fuerzas no está
clara: ¿Son también algo material? ¿Si las fuerzas o leyes fueran algo material podrían determinar la forma de comportarse de la materia? (¿Son las ecuaciones de la física actual algo material que determine "por contacto" el comportamiento de las cosas?) ¿Son, como parece, algo divino e
inteligente, volviendo así al pensamiento arcaico de los milesios? Tampoco está
claro el motivo de que las fuerzas actúen en un sentido y no en otro (¿Hay una
“ley” que oriente la actuación de estas fuerzas?) La versión más clara de este
error es la de los atomistas, que ni siquiera parecen plantearse la necesidad
de una ley física que explique por qué las figuras de ciertos átomos se
engarzan o no con las de otros.
5. El que los cambios se expliquen por
recombinación de elementos que en sí mismos no cambian no soluciona el problema
lógico del cambio, sólo “lo cambia de lugar”, por así decir. Que un montón de
átomos se conviertan en un árbol, supone pasar del no-ser árbol al ser árbol, y
del ser-un-montón-de-átomos-dispersos a no-ser-un-montón-de-átomos-dispersos. Tampoco
ayuda que pensemos en el cambio por recombinación de elementos: si (con la
ayuda de una sierra) convertimos un árbol en un montón de serrín, esto supone
que el árbol ha pasado del ser al no ser árbol, y el serrín del no ser al ser
serrín. El problema de Parménides no ha sido resuelto.
6. Si como opinan Empédocles o Anaxágoras en la realidad no hay vacío o no ser, sino que todo es un plenum compacto, no parece que haya “lugar” para el movimiento de los elementos. La solución de los atomistas a este problema consiste en afirmar que hay un vacío o no ser. Pero, ¿cómo va a haber algo que no es? Y si se afirma que este vacío es, pero no es corpóreo, ¿cómo, si no es corpóreo, va a sustentar el movimiento de los átomos, que son corpóreos?...
7. En general, la idea de infinito, manejadas por los pluralistas, conduce a todo tipo de absurdos. Si, por ejemplo, en las “semillas” de Anaxágoras hay infinitamente un poco de todo, y en cada poco de todo hay también un poco de todo, etc., todas las semillas han de ser iguales, por lo que no pueden dar lugar a cosas distintas. De otro lado, en un infinito de átomos, ¿qué espacio queda para el espacio vacío? Además, si las combinaciones entre elementos son infinitas (y hay, como reconocen los atomistas, infinitos mundos), todo se vuelve contradictorio (una misma cosa sería infinitamente diferente de sí misma, pues en cada uno de esos mundos tendría una forma distinta). Tal vez esto último no afecte a los atomistas (para quienes las cosas compuestas no representan nada verdaderamente real – solo son reales los átomos y el vacío –), pero no deja de resultar una dificultad lógica para explicar el mundo aparente que vemos.8. Los atomistas acuden a veces al concepto o idea de “azar”. Pero la idea de azar implica que los sucesos ocurran sin causa aparente, esto es, aparentemente “por nada”. ¿Pero es lógico que las cosas sean o se muevan “por nada”, sin causa alguna?
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